Read the English version of this story here.
Gregorio Mancilla vive en Los Ángeles con su esposa y sus tres hijos. En 2022, fue parte de una exitosa campaña liderada por la organización de defensa Centro De Trabajadores De Costura para cambiar la ley estatal de manera que a los trabajadores como él se les pague de manera consistente al menos el salario mínimo. Esta transcripción se basa en una conversación con Mancilla y se ha editado en cuanto a extensión y claridad.
Mancilla: Al decir ya la hice, es porque logré cruzar muchas barreras y alcancé mis metas.
Y tengo trabajando en la costura aproximadamente 34 años. Opero dos máquinas, la máquina que hace los ojales y otra máquina que pega el botón.
Pues realmente acerca de mi vida personal o la vida familiar, no es fácil con cuatro niños llevar todo el soporte de la casa.
Todo es caro. El gas está muy caro. La comida está muy cara. La luz, de la misma manera.
No es demasiado, pero es mejor que antes que las compañías pagaban por pies. Pues en sí, probablemente por pies, la hora me salía como en $4 o $5 por hora, supongo. Sabemos que ya está como a $16.
Se han establecido leyes y a través de esas leyes que se han establecido, pues ahora más que nada uno tiene garantizado lo mínimo y antes no lo teníamos garantizado en este trabajo.
En ocasiones tenía que trabajar más de 10 horas para poder ganar lo mínimo. Y afectaba a mi familia porque no estaba con mis niños la mayor parte del tiempo, trabajaba incluso los sábados o a veces los domingos. Y yo siempre estaba lejos de la familia.
Y ahora con el mínimo garantizado, por lo menos cubro la mayor parte de los gastos y paso más tiempo con la familia. Entonces ¿hubo cambios? Sí, hubo cambios.
Tengo una niña, una muchachita de 25 años. Terminó la universidad. Tengo otra niña que apenas cumplió 18 años, está en la universidad. Y la otra niña tiene 10 años.
Vivimos en un apartamento, tiene un cuartito, ese cuartito es para mis hijas y pues nosotros ocupamos la sala. Pues es lo que puedo compartir acerca de la forma en que yo vivo con mis hijas.
Mi niña, la primera, iba a estudiar la universidad. Con el tiempo, fui recaudando fondos de mi trabajo, porque sabía que mi hija iba a realizar su sueño.
Trabajé mucho en la costura para poder cubrir parte de los gastos y fue muy difícil. Yo no ganaba lo mínimo. Logré recaudar $30,000.
Mi meta era ver que ella terminara la universidad. Y cuando la terminó, pues festejamos muy bonito en un restaurante.
Pues yo siento que todas las metas las he alcanzado y siento que ya la hice.